Violent Femmes
Por Otitis Soplillo
Sala: Joy Eslava, Madrid
Viernes, 17 de noviembre de 2006
Hora: 22:00
Salen los tres componentes al escenario. A la izquierda se coloca Víctor de Lorenzo, el batería, de pie, sin bombo, tan sólo caja, timbal, HH y plato. En el centro está el cantante, guitarrista y violinista Gordon Cano mirando hacia arriba sonriendo. A su izquierda el bajista y multiinstrumentista Brian Ritchie. Violent Femmes en persona por primera vez en Madrid, después de más de 20 años de carrera.
Sin contemplaciones empiezan con los 4 compases más famosos de su repertorio:
Blister in the sun
1º [ G / B / C / B ]
2º [ G / B / B / C / B ]
3º [ G / B / C / C / B / G]
4º [ Tac, Tac / Tac, Tac ]
"When I'm a walkin'
I strut my stuff,
Them I'm so strung out..."
Es un comienzo para que todo el público salte y coree la canción, se sienta unido por el encuentro y después de 2 canciones más de su primer disco, empiezan a aparecer sobre el escenario:
- 2 rascadores de tablas de lavar ropa.
- 1 saxofonista.
- 1 tipo que toca la guitarra, el bajo, la armónica, el laúd, canta y lo que haga falta.
- otro que se sienta en un cajón peruano y aporta los graves que no están en el set de batería que lleva Víctor de Lorenzo.
- 1 músico vestido de profesor chiflado que dominaba el banjo de 4 cuerdas, la balalaica, la guitarra y hasta un rascador de tierra posiblemente fabricado en su taller.
Éste es el concierto que quieren dar. Han empezado con su repertorio más famoso pero quieren dejar patente que lo que ellos controlan de verdad es el folk-punk de Milwaukee. Un estilo, posiblemente inventado por ellos y que desarrollan sin prejuicios y con una rotundidad que contagia a todo el auditorio.
Un concierto que transcurre lleno de sorpresas, de cambios de instrumentos, de ambientes, de música contagiosa y positiva y, sobre todo, con una actitud en el escenario que pocos músicos aportan. Alegría por lo que tocan y facilidad para trasmitir sus sensaciones.
1 hora y 15 minutos de concierto que hace vibrar a toda la sala, llena, sin un sólo hueco y con gente que se ha quedado en la calle esperando una reventa que no ha llegado.
Un bis, una canción, "Gone, daddy, gone" en la que, por fin, vemos a Brian Ritchie tocando el famoso xilófono que todo el mundo recuerda de la canción.
A la salida, el público contento y los músicos, aunque vienen de haber tocado el día anterior, y mañana y pasado también lo harán, tienen energía y están felices de cómo les ha acogido el público, sorprendidos de que tanta gente conozca sus canciones.
Sala: Joy Eslava, Madrid
Viernes, 17 de noviembre de 2006
Hora: 22:00
Salen los tres componentes al escenario. A la izquierda se coloca Víctor de Lorenzo, el batería, de pie, sin bombo, tan sólo caja, timbal, HH y plato. En el centro está el cantante, guitarrista y violinista Gordon Cano mirando hacia arriba sonriendo. A su izquierda el bajista y multiinstrumentista Brian Ritchie. Violent Femmes en persona por primera vez en Madrid, después de más de 20 años de carrera.
Sin contemplaciones empiezan con los 4 compases más famosos de su repertorio:
Blister in the sun
1º [ G / B / C / B ]
2º [ G / B / B / C / B ]
3º [ G / B / C / C / B / G]
4º [ Tac, Tac / Tac, Tac ]
"When I'm a walkin'
I strut my stuff,
Them I'm so strung out..."
Es un comienzo para que todo el público salte y coree la canción, se sienta unido por el encuentro y después de 2 canciones más de su primer disco, empiezan a aparecer sobre el escenario:
- 2 rascadores de tablas de lavar ropa.
- 1 saxofonista.
- 1 tipo que toca la guitarra, el bajo, la armónica, el laúd, canta y lo que haga falta.
- otro que se sienta en un cajón peruano y aporta los graves que no están en el set de batería que lleva Víctor de Lorenzo.
- 1 músico vestido de profesor chiflado que dominaba el banjo de 4 cuerdas, la balalaica, la guitarra y hasta un rascador de tierra posiblemente fabricado en su taller.
Éste es el concierto que quieren dar. Han empezado con su repertorio más famoso pero quieren dejar patente que lo que ellos controlan de verdad es el folk-punk de Milwaukee. Un estilo, posiblemente inventado por ellos y que desarrollan sin prejuicios y con una rotundidad que contagia a todo el auditorio.
Un concierto que transcurre lleno de sorpresas, de cambios de instrumentos, de ambientes, de música contagiosa y positiva y, sobre todo, con una actitud en el escenario que pocos músicos aportan. Alegría por lo que tocan y facilidad para trasmitir sus sensaciones.
1 hora y 15 minutos de concierto que hace vibrar a toda la sala, llena, sin un sólo hueco y con gente que se ha quedado en la calle esperando una reventa que no ha llegado.
Un bis, una canción, "Gone, daddy, gone" en la que, por fin, vemos a Brian Ritchie tocando el famoso xilófono que todo el mundo recuerda de la canción.
A la salida, el público contento y los músicos, aunque vienen de haber tocado el día anterior, y mañana y pasado también lo harán, tienen energía y están felices de cómo les ha acogido el público, sorprendidos de que tanta gente conozca sus canciones.
2 comentarios:
JODERRR...QUE ENVIDIAAA!!!!!!
MIL GRACIAS POR LA CRONICA, CASI HE SENTIDO QUE ESTABA ALLÍ. Y YA ME HE QUEDADO CON GONE, DADDY, GONE EN LA CABEZA, PARA TODO EL DIA. JEJE
"When Im out walking I strut my stuff yeah Im so strung out...
Interesante blog.
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