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jueves, 2 de noviembre de 2006

Nariz Colorá

Mr. M., también conocido como el Sr. Nariz Colorá, ya puede dormir a gusto.

Mientras desempeñaba el puesto de mayor responsabilidad que podía soñar, El Que Más Manda En Su Pueblo, alcanzando así el nivel de máxima inutilidad posible dadas sus aptitudes de mando y organización, fue llamado al despacho del Gran Jefe.

En una conversación sin taquígrafos, inexplicablemente, le fue encomendada una misión aún mayor: Debía conseguir el puesto de Nttttttt. (No puedo escribirlo ya que coincide con una marca registrada de productos lácteos francesa).

Después de unas elecciones populares en las que no consiguió la confianza mayoritaria de los ciudadanos, pactó con múltiples fuerzas políticas que, conociendo el por qué de su nombre, le permitieron con la suma de sus votos ser nombrado Nttttttt.

Al poco tiempo, fue notando en sus adentros el ninguneo de propios y extraños y decidió tomarse la revancha.

Todo lo hablado con el Gran Jefe lo borró de su mente. Hay pruebas fotográficas en las que se le ve sonriente, con sus ojos casi cerrados emanando un brillo sorprendente y la nariz colorá, que pueden poner fecha a la mañana en la que posiblemente tomó la decisión de obviar el trato.

Más tarde, sus aliados de poder, aprovechándose de su debilidad, le dejan al descubierto llevándole la contraria en todas las decisiones.

Es en esos días cuando debió pensar "no sabéis hasta dónde puedo llegar..." y en un arranque de orgullo, celos, arrestos y un chupito más, despidió a todos. Él incluido.

Como la nación se había quedado sin representantes convocó unas nuevas elecciones a las que él ya no se presentaría, pero se prometió a sí mismo que no le olvidarían tan fácilmente.

La fecha elegida sería el día de todos los muertos.

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