Cambio de sastre
Nota de Super Agencia 86
Según fuentes no contrastadas y seguramente falsas, S.S. Benedicto XVI se está planteando la posibilidad de contratar un nuevo sastre más acorde con los gustos que ha ido desarrollando durante su papado.
Al poco tiempo de ser nombrado Pontífice, rompió la tradición bicentenaria y cambió de modisto. Abandonó los servicios de la sastrería Gammarelli, obligando a la empresa a renovar las tarjetas de visita, el toldo de la tienda y los anuncios en las Páginas Amarillas, donde se sugería que si ellos habían sido capaces de vestir durante 200 años a todos los Papas, qué no podrían hacer contigo.
Como en esa época defendía con pasión su carácter reaccionario y conservador, justificó esta decisión sin precedentes en siglos por la fidelidad a sus propios modistos, cuya cabeza visible, Rainiero Mancielli, le había confeccionado todos sus trajes durante los 20 años en los que fue Cardenal en la Curia Romana.
Ahora, poco tiempo después, habiendo experimentado nuevas sensaciones en su coronilla y haberse sentido tan satisfecho con ese conocimiento, su Secretario Personal ha entablado conversaciones con Gaultier a fin de que éste se sienta libre a la hora de diseñar sombreros y accesorios exclusivos para él, que le hagan sentirse feliz cuando pasea gozoso entre el pueblo.
Según fuentes no contrastadas y seguramente falsas, S.S. Benedicto XVI se está planteando la posibilidad de contratar un nuevo sastre más acorde con los gustos que ha ido desarrollando durante su papado.
Al poco tiempo de ser nombrado Pontífice, rompió la tradición bicentenaria y cambió de modisto. Abandonó los servicios de la sastrería Gammarelli, obligando a la empresa a renovar las tarjetas de visita, el toldo de la tienda y los anuncios en las Páginas Amarillas, donde se sugería que si ellos habían sido capaces de vestir durante 200 años a todos los Papas, qué no podrían hacer contigo.
Como en esa época defendía con pasión su carácter reaccionario y conservador, justificó esta decisión sin precedentes en siglos por la fidelidad a sus propios modistos, cuya cabeza visible, Rainiero Mancielli, le había confeccionado todos sus trajes durante los 20 años en los que fue Cardenal en la Curia Romana.
Ahora, poco tiempo después, habiendo experimentado nuevas sensaciones en su coronilla y haberse sentido tan satisfecho con ese conocimiento, su Secretario Personal ha entablado conversaciones con Gaultier a fin de que éste se sienta libre a la hora de diseñar sombreros y accesorios exclusivos para él, que le hagan sentirse feliz cuando pasea gozoso entre el pueblo.
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