Pobre Presidente
Ayer le vi en los noticiarios.
Envejecido, enjuto, cabizbajo, en un rincón entre dos paredes, sin brillo en el pelo, con canas que parecían querer mostrarse, subido a un improvisado altillo que sostenía un micrófono, con la publicidad del hotel tan evidente que causaba bochorno, haciendo unas declaraciones dolorosas, con congoja en la voz y mirada abatida, teniendo que pedir, como cuando a alguien la vida le duele tanto que ya no espera más de ella: "...que le dejen en paz."
Cuando le oí decir esa frase mi corazón se sobresaltó. Cuánto debe estar sufriendo nuestro pobre ex-presidente.
Envejecido, enjuto, cabizbajo, en un rincón entre dos paredes, sin brillo en el pelo, con canas que parecían querer mostrarse, subido a un improvisado altillo que sostenía un micrófono, con la publicidad del hotel tan evidente que causaba bochorno, haciendo unas declaraciones dolorosas, con congoja en la voz y mirada abatida, teniendo que pedir, como cuando a alguien la vida le duele tanto que ya no espera más de ella: "...que le dejen en paz."
Cuando le oí decir esa frase mi corazón se sobresaltó. Cuánto debe estar sufriendo nuestro pobre ex-presidente.
2 comentarios:
Cuando el era presidente de la FAES y se encargó del primer video del 11M no quería que le dejaran en paz.
Cuando se le ha visto en cabeza de todas las manifestaciones de la AVT parecía estar muy involucrado, y tener muchas ganas de meter mano.
Cuando el pasado sábado encabezó la última "mani" tampoco parecía que quería ser olvidado.
Hablamos de irresponsabilidad?
La miseria humana me da tanta pena que no he podido aguantar los deseos de soltar alguna lagrimita.
Lo he intentado, con ganas, incluso mordiéndome un codo, pero no lo he conseguido.
Ya sé que se merece el olvido y el desprecio, pero no hay que ser mezquino con los miserables.
Estaba engañadito el pobre.
Se sentía tan poderoso mirándose la punta de los zapatos asomando por encima de la mesa de su ídolo, que la tentación fue muy fuerte y pecó.
Y en la última manifestación, rodeado de gentes, a lo Julio Iglesias, feliz y sin sospechar que después del finde, se iba a ver diciendo esas cosas que su conciencia ha borrado a fuerza de arrepentimiento, mentiras repetidas y, quizás, Aves Marías.
Dios tenga piedad de él.
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