No hubo misa
Ayer, en Mostillo del Claro, Ciudad Real, no hubo misa.
El Día de la Inmaculada Concepción y sin oficio religioso.
Mi abuela me despertó para que le acompañara a la iglesia. A mí me costó algo de trabajo levantarme porque había estado hasta las 6 de la mañana en el Club "Las Santas Peonzas", local que frecuentamos todos los solteros del pueblo, casados con ganas de entretenerse, el alcalde, el alguacil, nuestro párroco y el de San Vicente de la Buena Uva, el pueblo que está a 7 Km. de Mostillo.
Fui con ella hasta la iglesia y como estaba cerrada nos dimos una vuelta por la plaza, hablamos un rato con sus amigas y nos volvimos a casa, que hacía mucho frío y un viento muy desagradable.
Yo sabía que no iba a haber misa. A pesar de todo, para no darle un disgusto a la pobre me hice el tonto y le acompañé. Estaba al tanto de lo de la misa porque esa noche había charlado con Don Federico, el párroco, mientras tomábamos unas copas.
- Mira Manuel, me contó en el club, una cosa es decir que la Virgen era virgen y otra es festejarlo con una misa. Los hombres sabemos que estas cosas no pasan y que por mucho que una mujer diga que ha sido un milagro siempre hay un cornudo por medio.
- Otros dos güisquis Eva, que yo invito al cura.
- Y que hablemos de la Inmaculada Concepción es un truco que nos enseñan en el seminario cuando empezamos a estudiar el oficio. Si no insistiéramos en ello las mozas sabrían tanto, antes del matrimonio, que no se casaría ninguna.
- ¡Cuánta sabiduría!
- Pero una cosa es decirlo y otra festejarlo con una misa. Si la Virgen es inmaculada, para qué coño vale un hombre. Y del pobre San José, qué. ¿Otro cornudo?. Pues no, aquí hay que poner las cosas claras y el hombre es un hombre y la mujer ya sabemos todos lo que es. No hay más que ver lo animado que está el club esta noche.
- Eva, guapa, otros dos güisquis.
- Sí, pero estos los pago yo, que mañana no trabajo.
El Día de la Inmaculada Concepción y sin oficio religioso.
Mi abuela me despertó para que le acompañara a la iglesia. A mí me costó algo de trabajo levantarme porque había estado hasta las 6 de la mañana en el Club "Las Santas Peonzas", local que frecuentamos todos los solteros del pueblo, casados con ganas de entretenerse, el alcalde, el alguacil, nuestro párroco y el de San Vicente de la Buena Uva, el pueblo que está a 7 Km. de Mostillo.
Fui con ella hasta la iglesia y como estaba cerrada nos dimos una vuelta por la plaza, hablamos un rato con sus amigas y nos volvimos a casa, que hacía mucho frío y un viento muy desagradable.
Yo sabía que no iba a haber misa. A pesar de todo, para no darle un disgusto a la pobre me hice el tonto y le acompañé. Estaba al tanto de lo de la misa porque esa noche había charlado con Don Federico, el párroco, mientras tomábamos unas copas.
- Mira Manuel, me contó en el club, una cosa es decir que la Virgen era virgen y otra es festejarlo con una misa. Los hombres sabemos que estas cosas no pasan y que por mucho que una mujer diga que ha sido un milagro siempre hay un cornudo por medio.
- Otros dos güisquis Eva, que yo invito al cura.
- Y que hablemos de la Inmaculada Concepción es un truco que nos enseñan en el seminario cuando empezamos a estudiar el oficio. Si no insistiéramos en ello las mozas sabrían tanto, antes del matrimonio, que no se casaría ninguna.
- ¡Cuánta sabiduría!
- Pero una cosa es decirlo y otra festejarlo con una misa. Si la Virgen es inmaculada, para qué coño vale un hombre. Y del pobre San José, qué. ¿Otro cornudo?. Pues no, aquí hay que poner las cosas claras y el hombre es un hombre y la mujer ya sabemos todos lo que es. No hay más que ver lo animado que está el club esta noche.
- Eva, guapa, otros dos güisquis.
- Sí, pero estos los pago yo, que mañana no trabajo.
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