Anti Pata Palos
Nota de Super Agencia 86
Por Jorge Barbarroja
La AAPP (Asociación Anti Pata Palos) ha salido a la calle ejerciendo su derecho a la legítima defensa y se ha manifestado ante el Ministerio de Industria.
Un alto representante de la asociación, sospechando que algo extraño ocurría en su propia casa, contrató hace tres semanas los servicios de un detective privado para que vigilase el comportamiento de su hija de 16 años de edad.
Cuando recibió el extenso informe no pudo reprimir su disgusto y en la comida del domingo, que era de obligada asistencia, le espetó cruelmente todo lo que sabía a causa del seguimiento realizado por el investigador.
- Sé que sales con chicos, que algunos días no acudes a la última clase y te vas a tomar un refresco con gente del instituto, tengo fotografías tuyas besándote con un chico en el banco de un parque público, conozco la calle donde el viernes por la noche te reúnes con amigos, a la puerta de un bar, y compartes con ellos botellas de algún cóctel extraño que os hace hablar cada vez más alto y que os riáis a pleno pulmón hasta que los vecinos del lugar os echan cubos de agua, que algún sábado frecuentas discotecas, sin tener edad para ello, y que sales muy avanzada la noche con los ojos brillantes y las pupilas enormes.
- Todo esto me llena de indignación. Lo que hemos hecho tu madre y yo por darte una educación seria y así te comportas. Pero si hay algo entre todas estas barbaridades que me obliguen a castigarte sin salir de casa hasta que tengas edad para votar es porque tengo una grabación tuya viendo, en el ordenador de tu habitación junto a unos amigos con muy mala pinta, un DVD del concierto de "Los Innombrables". Sabes que ese grupo es de mi compañía y el DVD era PIRATA.
- Gente como tú es la que está haciendo que no podamos comprarnos otra casa en Los Ángeles, que se hunda el honrado negocio que daba de comer a gente como nosotros, que hacía que gente desconocida se convirtiera en héroes para todo el mundo, que vivieran los locutores de radio por las "payolas" que dignamente cobraban por programar lo que nosotros le pedíamos, que la gente disfrutara metida en una sala de cine con olor a pino muerto, comiendo palomitas, mientras veía una de nuestras producciones, que los nietos de los autores vivieran del trabajo de sus abuelos...
- Traidora, corsaria, pata palo, delincuente, mantera, golfa, camella, mala hija.
La comida terminó muy mal. Con amagos de infarto, amenazas de testamento nuevo y lloriqueos de mamá mientras la hija se iba al jardín para estar sola.
Al día siguiente llamó a las otras compañías productoras de música e imagen que aún quedan sin fusionarse con la suya, a la Sociedad General que Defiende los Derechos de los Nietos, los Dueños de Salas de Cine con Olor a Pino Muerto y algunos Artistas de la Farándula para que con su glamour hicieran el acto más atractivo para las cámaras de los periodistas que acudieran a cubrir el evento y organizaron la manifestación acogiéndose al derecho del ciudadado a la legítima defensa.
Algunos exaltados, a pesar de que se les veía fácilmente ya que no acudió prácticamente nadie, exigieron el derecho a usar armas como en otros países civilizados y que continuara la manifestación hasta llegar al Ministerio de Defensa.
Por Jorge Barbarroja
La AAPP (Asociación Anti Pata Palos) ha salido a la calle ejerciendo su derecho a la legítima defensa y se ha manifestado ante el Ministerio de Industria.
Un alto representante de la asociación, sospechando que algo extraño ocurría en su propia casa, contrató hace tres semanas los servicios de un detective privado para que vigilase el comportamiento de su hija de 16 años de edad.
Cuando recibió el extenso informe no pudo reprimir su disgusto y en la comida del domingo, que era de obligada asistencia, le espetó cruelmente todo lo que sabía a causa del seguimiento realizado por el investigador.
- Sé que sales con chicos, que algunos días no acudes a la última clase y te vas a tomar un refresco con gente del instituto, tengo fotografías tuyas besándote con un chico en el banco de un parque público, conozco la calle donde el viernes por la noche te reúnes con amigos, a la puerta de un bar, y compartes con ellos botellas de algún cóctel extraño que os hace hablar cada vez más alto y que os riáis a pleno pulmón hasta que los vecinos del lugar os echan cubos de agua, que algún sábado frecuentas discotecas, sin tener edad para ello, y que sales muy avanzada la noche con los ojos brillantes y las pupilas enormes.
- Todo esto me llena de indignación. Lo que hemos hecho tu madre y yo por darte una educación seria y así te comportas. Pero si hay algo entre todas estas barbaridades que me obliguen a castigarte sin salir de casa hasta que tengas edad para votar es porque tengo una grabación tuya viendo, en el ordenador de tu habitación junto a unos amigos con muy mala pinta, un DVD del concierto de "Los Innombrables". Sabes que ese grupo es de mi compañía y el DVD era PIRATA.
- Gente como tú es la que está haciendo que no podamos comprarnos otra casa en Los Ángeles, que se hunda el honrado negocio que daba de comer a gente como nosotros, que hacía que gente desconocida se convirtiera en héroes para todo el mundo, que vivieran los locutores de radio por las "payolas" que dignamente cobraban por programar lo que nosotros le pedíamos, que la gente disfrutara metida en una sala de cine con olor a pino muerto, comiendo palomitas, mientras veía una de nuestras producciones, que los nietos de los autores vivieran del trabajo de sus abuelos...
- Traidora, corsaria, pata palo, delincuente, mantera, golfa, camella, mala hija.
La comida terminó muy mal. Con amagos de infarto, amenazas de testamento nuevo y lloriqueos de mamá mientras la hija se iba al jardín para estar sola.
Al día siguiente llamó a las otras compañías productoras de música e imagen que aún quedan sin fusionarse con la suya, a la Sociedad General que Defiende los Derechos de los Nietos, los Dueños de Salas de Cine con Olor a Pino Muerto y algunos Artistas de la Farándula para que con su glamour hicieran el acto más atractivo para las cámaras de los periodistas que acudieran a cubrir el evento y organizaron la manifestación acogiéndose al derecho del ciudadado a la legítima defensa.
Algunos exaltados, a pesar de que se les veía fácilmente ya que no acudió prácticamente nadie, exigieron el derecho a usar armas como en otros países civilizados y que continuara la manifestación hasta llegar al Ministerio de Defensa.
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