Ascensor
Siempre que voy en un ascensor temo que llegue el momento de la parada.
Igual el número del piso no corresponde con el marcador luminoso, o quizás no se abren las puertas, o cuando estoy entre ellas se cierran de golpe, o hay tanta gente que no me deja salir, o lo que es aún peor, que decida quedarme en mi lugar favorito. En el único sitio donde no tengo que hablar con nadie. Ni siquiera mirarle.
Igual el número del piso no corresponde con el marcador luminoso, o quizás no se abren las puertas, o cuando estoy entre ellas se cierran de golpe, o hay tanta gente que no me deja salir, o lo que es aún peor, que decida quedarme en mi lugar favorito. En el único sitio donde no tengo que hablar con nadie. Ni siquiera mirarle.
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