Cacería de toreros
Nota de Super Agencia 86
Un equipo de redactores de Super Agencia 86 ha descubierto a través de una investigación una serie de documentos confidenciales. Ya hemos hecho públicos dos de ellos en los artículos "Corrida de toros" y "Cacería de toros" . Hoy resumimos el "Informe Interno FNE/06/003/CDH".
Uno de los toreros que participó en el experimento dirige una Academia Taurina. Gracias a sus contactos se eligió a 3 estudiantes para continuar la prueba.
Se les hizo un control médico exhaustivo en una clínica para deportistas y se comprobó que no sufrían de ningún problema cardiaco que pudiera degenerar en un episodio mortal.
Se les contó que iban a tener la oportunidad de conocer de primera mano cómo era la vida de un toro bravo en libertad, observarles de lejos, recorrer el terreno donde vivían, y aprender de la experiencia.
Para ello les iban a permitir visitar una finca privada en la cual se criaban toros de esas características.
Tuvieron que firmar un documento en el cual se comprometían a no divulgar ni comentar con nadie lo que ocurriera ese día.
Les monitorizaron clínicamente comentándoles que querían conocer las emociones que experimentarían con la observación del toro bravo en libertad, les entregaron unos prismáticos para que pudieran observar el entorno desde lejos y, sin advertirles de la realidad de las intenciones, les llevaron a 3 sitios distintos y alejados con un margen de 3 horas de diferencia.
Al igual que en la anterior prueba, colocaron sensores a los tres toreros para registrar sus emociones y reacciones físicas, se les permitió que fueran acompañados de su mozo de espada, y en lugar de suministrarles munición normal les entregaron proyectiles con dardos anestésicos que no pudieran matar a los estudiantes pero que les desmayara.
Siguieron el mismo protocolo que en la cacería de toros comenzando la caza de los aprendices desde tres puestos diferentes y con el mismo intervalo que en la anterior ocasión.
Los cazadores tendrían que ser muy sigilosos ya que los estudiantes disponían de prismáticos y había que sorprenderles a fin de darles caza, además, según las normas establecidas para la ocasión, en caso de ser descubiertos tenían que dar por finalizada la cacería.
Cuando terminó la jornada habían conseguido dar caza a 2 aprendices de torero y uno de ellos había descubierto al cazador.
La cacería tuvo lugar el día 12 de marzo de 2006.
Un equipo de redactores de Super Agencia 86 ha descubierto a través de una investigación una serie de documentos confidenciales. Ya hemos hecho públicos dos de ellos en los artículos "Corrida de toros" y "Cacería de toros" . Hoy resumimos el "Informe Interno FNE/06/003/CDH".
Uno de los toreros que participó en el experimento dirige una Academia Taurina. Gracias a sus contactos se eligió a 3 estudiantes para continuar la prueba.
Se les hizo un control médico exhaustivo en una clínica para deportistas y se comprobó que no sufrían de ningún problema cardiaco que pudiera degenerar en un episodio mortal.
Se les contó que iban a tener la oportunidad de conocer de primera mano cómo era la vida de un toro bravo en libertad, observarles de lejos, recorrer el terreno donde vivían, y aprender de la experiencia.
Para ello les iban a permitir visitar una finca privada en la cual se criaban toros de esas características.
Tuvieron que firmar un documento en el cual se comprometían a no divulgar ni comentar con nadie lo que ocurriera ese día.
Les monitorizaron clínicamente comentándoles que querían conocer las emociones que experimentarían con la observación del toro bravo en libertad, les entregaron unos prismáticos para que pudieran observar el entorno desde lejos y, sin advertirles de la realidad de las intenciones, les llevaron a 3 sitios distintos y alejados con un margen de 3 horas de diferencia.
Al igual que en la anterior prueba, colocaron sensores a los tres toreros para registrar sus emociones y reacciones físicas, se les permitió que fueran acompañados de su mozo de espada, y en lugar de suministrarles munición normal les entregaron proyectiles con dardos anestésicos que no pudieran matar a los estudiantes pero que les desmayara.
Siguieron el mismo protocolo que en la cacería de toros comenzando la caza de los aprendices desde tres puestos diferentes y con el mismo intervalo que en la anterior ocasión.
Los cazadores tendrían que ser muy sigilosos ya que los estudiantes disponían de prismáticos y había que sorprenderles a fin de darles caza, además, según las normas establecidas para la ocasión, en caso de ser descubiertos tenían que dar por finalizada la cacería.
Cuando terminó la jornada habían conseguido dar caza a 2 aprendices de torero y uno de ellos había descubierto al cazador.
La cacería tuvo lugar el día 12 de marzo de 2006.
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