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viernes, 5 de enero de 2007

Guiño un ojo

Hay instantes no esperados
que resultan agradables.
Otros surgen sonrientes
y prefiero olvidarlos.

Ahora guiño un ojo
y me guío por el tacto,
confiando en el calor
que brota del momento.

Guiño un ojo. Los Impertinentes.

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