Promesa diaria
"Mañana me levantaré al amanecer y me acostaré al anochecer".
Pensaba Martina Cucarachita en mitad de la charla que mantenía con Salcacho, un amigo suyo, a las tres de la madrugada.
- Salcacho, salgo a dar una vuelta que me encuentro extraña. Estoy despistada, no presto atención a lo que me hablamos, y me siento cansada. Como de enfermedad.
- Pues vete a casa y acuéstate.
- Sabes que si lo hago me pondré nerviosa. El insomnio y la cama son incompatibles.
- Entonces tendrás que dar vueltas y vueltas como siempre.
- Sí. A ello.
Martina se fue del bar para pasear por el barrio. Caminó hasta que salió el sol, fue a casa, se duchó, se dirigió al trabajo, y modificó su promesa:
"Hoy me acostaré al anochecer y me levantaré al amanecer".
Pensaba Martina Cucarachita en mitad de la charla que mantenía con Salcacho, un amigo suyo, a las tres de la madrugada.
- Salcacho, salgo a dar una vuelta que me encuentro extraña. Estoy despistada, no presto atención a lo que me hablamos, y me siento cansada. Como de enfermedad.
- Pues vete a casa y acuéstate.
- Sabes que si lo hago me pondré nerviosa. El insomnio y la cama son incompatibles.
- Entonces tendrás que dar vueltas y vueltas como siempre.
- Sí. A ello.
Martina se fue del bar para pasear por el barrio. Caminó hasta que salió el sol, fue a casa, se duchó, se dirigió al trabajo, y modificó su promesa:
"Hoy me acostaré al anochecer y me levantaré al amanecer".
2 comentarios:
Como yo, igualita, igualita.
Cuando estás en época de insomnio deseas dormir y, mientras, no paras de hacer cosas.
Y cuando pasas a la fase de sueño casi regular te das cuenta de la cantidad de cosas que ya no haces.
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