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viernes, 20 de octubre de 2006

C - 22 de abril de 1900

El sultán gobernaba esas tierras desde hacía muchos años. Había creado un extenso reino y sabía defenderse de los ataques de los europeos. Lo había hecho muchas veces, pero ese día las circunstancias cambiaron.

Su campamento no estaba fortificado y fue atacado desde varios frentes.

Ordenó que los cañones abrieran fuego contra los rápidos caballos árabes que se acercaban montados por jinetes de la tribu de Bagirmi, aliada de los franceses. Mandó a sus hombres que arrojaran flechas y lanzas contra los soldados que intentaban acercarse, y los fusileros dispararon sin cesar.

Tambores, cornetas, gritos, relinchos, disparos.

Los franceses, aunque inferiores en número, les acosaban sin interrupción.

La lucha se prolongó durante toda la mañana.

Por la tarde, el ejército de africanos intentó escaparse por el único camino que tenía libre, el río, y allí murió una gran parte de los hombres. Incluidos el sultán y el comandante francés.

Fue un día terrible. En unos pocos años, todos los territorios del reino del sultán serían colonizados por los franceses.

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