El Pez de Borneo
A la entrada de cualquier casa de Borneo siempre hay colgada de un sedal una madera que tiene la forma de un pez alargado, con franjas de color azul, amarillo, rojo, y negro. Se mueve con el viento y al hacerlo golpea unas maderas que cuelgan a su alrededor provocando delicadas notas.
Es el Pez de Borneo. Ninguno de los habitantes de la isla reconoce haberlo visto, pero no dudan de su existencia.
Le llaman "ikan-lama" y dicen que no quiere ver a ningún hombre. Cuando nota alguno cerca de él cambia sus colores haciéndose trasparente a la vez que produce un sonido peculiar que se propaga por el agua.
Desde hace generaciones le representan con la misma forma y colores.
Los pescadores festejan cuando se encuentran con él en el mar. El sonido que emite al verles hace que el resto de los peces se queden paralizados y ese momento lo aprovechan para capturarles.
Es el Pez de Borneo. Ninguno de los habitantes de la isla reconoce haberlo visto, pero no dudan de su existencia.
Le llaman "ikan-lama" y dicen que no quiere ver a ningún hombre. Cuando nota alguno cerca de él cambia sus colores haciéndose trasparente a la vez que produce un sonido peculiar que se propaga por el agua.
Desde hace generaciones le representan con la misma forma y colores.
Los pescadores festejan cuando se encuentran con él en el mar. El sonido que emite al verles hace que el resto de los peces se queden paralizados y ese momento lo aprovechan para capturarles.
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